martes, 29 de enero de 2008

Nein

- No quiero, no quiero, no, no, no y mil veces NO.
- Tú sabrás.
- Es que no es justo.
- No, no lo es, nadie ha dicho que lo sea. Pero tienes que mirar por ti.
- Sí, y yo le quiero, pero él ya no me quiere, ya no viene a verme, ya no me habla, está siempre con ella. Así no puedo ser feliz.
- Deberías ponerle punto y final, él no va a cambiar, y lo sabes.
- ¿Crees que no lo se, que no me doy cuenta de nada? Por el me paso la noche llorando y bebiendo.
- Ya, te he visto.

Se arqueó para rascarse la cicatriz que tenía ya 5 años, y secó las lágrimas de su amiga, que sollozaba con rabia e impotencia los dolores de un mal amor que ya duraba demasiado tiempo. Ella tenía un vaso en la mano lleno con alguna clase de bebida alcoholica y mora. Le encantaba la mora, por eso siempre sabía donde encontrarla si no estaba en su casa.

- Lo que necesito es un motivo. Todo ha cambiado de la noche a la mañana.
- Sí, claro, ¿me estás diciendo que no has visto todos los cambios de humor del idiota este?
- NO HABLES ASÍ DE ÉL.... lo siento.

El pelirrojo miró conmovido a la joven. Ella era fuerte, pero se había hartado de serlo algunos días atrás. Se había hartado de sonreír forzadamente.

- Dawn, wo bist duuu?
- Ich bin da mit Max.
- Wo?
- Hier, hörst du mich nicht?
- Ja, Ich höre dich jetz. Ah, Ich kann sehen du jezt!

La figura del muchacho en el horizonte se hacia más cercana. Máx se fue, dejando a Dawn con Alex, totalmente a solas.

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