lunes, 31 de diciembre de 2007

In memoriam.

EL último día ya. El último de un fatídico año culminado en una rastrera soledad. La casa, vacía, producía una música que llamaba al sueño. Todo estaba preparado. El vestido encima de la cama. Se había despedido de sus amigos, de su pareja, deseándoles un muy feliz año, deseándoles todo aquello que ellos anhelaban, todo aquello que ella también quería pero que no tenía. Y sabía que nunca iba a tenerlo. Solo quedaba esperar. Cuando llegaran las 12, se pondría el vestido, se pintaría como para ir a una fiesta, llamaría a su amor para decirle que le quería y diría adiós para siempre.

miércoles, 26 de diciembre de 2007

Historia (6) (Amigos absolutos)



"Y de repente sucedió. Fue un beso robado, claro. La escena en la película se había oscurecido, dando lugar al ambiente adecuado. Él ya tenía la mano sobre su hombro, solo faltaba que llegara ese momento que todos esperan y a la vez temen. Ese segundo en el que por un instante dos labios se rozan casi por casualidad. Claro que ya había sucedido antes, en la fiesta, ella quiso decirle un secreto y él se giró en la misma dirección que ella.

Ese mismo día decidieron que irían al autocine. Como amigos, claro. Eran y siempre serían amigos, sobretodo ante los ojos de sus padres. Por eso ella debía estar en casa antes de las 10, o tendría problemas.

Y al fin, cuando las luces de la pantalla se oscurecieron, sucedió, como ambos sabían que sucedería. Solo que ninguno de los dos esperaba desearlo tanto. Y después de ese beso robado vinieron varios más, esta vez permitidos. Nerviosa, ella reía, mientras él trataba de acomodarse en el asiento para poder juntar mejor sus labios sin hacer chocar sus rostros. A él le parecía que no había sonido más bonito que su risa. Sonaba como...como una melodía. Y al final no vieron la primera película.
Al terminar esta, comenzaron a hablar de lo sucedido.
- Y ahora..¿qué? ¿Cómo he de tomarme esto?
- No se.
- Entre nosotros ahora ¿qué hay?
- Yo..yo querría una amistad, sería lo más sencillo, pero también lo más difícil, sintiendo lo que siento.
- Y ¿qué esperas de mi? ¿que sea tu amiga con derechos? ¿que me aguante y no le diga a nadie lo que siento por no fastidiar esto? ¿no vas a pedirme que salga contigo?
- ¿No te parece mejor así?
- Pues... en realidad, sí.

Y volvieron a besarse bajo la luz de la pantalla, en su nueva y recién estrenada condición de amantes secretos. Sin prisas, no había de quien huir, disfrutaron de su mutua compañía. Años más tarde él le pidió al padre de ella permiso para casarse. Hoy hace 12 meses que ella se fue dando a luz a su único hijo, y le recuerda de la misma forma que lo hago yo ahora, rememorando aquel primer beso, aquel día en que decidieron juntar sus vidas de uno u otro modo. Dicen unos que esta pareja siempre fue feliz porque nadie interfirió, pero otros dicen que era porque nunca se consideraron novios, sino algo más, siempre fueron amigos."

sábado, 22 de diciembre de 2007

Extraño

Extraño momento para ponerse a pensar. Uno diría que debería estar en la cama. Pues no, estoy aquí, para una vez que puedo hacer algo de provecho con mi insomnio...

Extraña la cama, aunque sea la misma de siempre. Quizá sea porque está vacía y el colchón no reposa en el suelo del comedor. Me da frío aunque esté sudando. No puedo dormir, los escalofríos no me dejan.

Extraña la gente que me rodea. Gente que no siempre está, gente que está a fascículos, gente que está, pero se irá antes de que alguien pueda ya no llenar su vacío...pero ocupar un espacio a estrenar con el que olvidar que mi vida se llena de agujeros sin llenar, como un queso.

Y extraño (además de que es extrañado) aquel que está, lejos, pero está. Está aunque tenga que ser paciente y sobrevivir. Está para tirar de la cuerda cuando yo no puedo más. Está como un paracaídas, o como un colchón, o una piscina de goma espuma. Y yo quiero ser su paracaídas, para que sepa que a la mínima señal puede lanzarse al vacío sin cuerda ni red, estoy yo para evitar un golpe.

Y es extraño que me resulten extrañas todas las cosas que viven conmigo día a día. Extraño que no consiga hacerme a ello.

jueves, 20 de diciembre de 2007

Optimista...¿yo?

Qué bien sienta llegar a casa y tener al hamster dormido en su jaula, el sofá blandito y el comedor caldeadito, coger un buen libro y disfrutar de la lectura con algo de música de fondo. Acordarte de alguien, recordar momentos agradables.

Qué bien sienta que llegue la noche, llamarte tumbada en mi cama mientras me tapo con mullidas mantitas. Luego coger un puñado de cereales y comerlos mientras escucho música en mi ventana, soplo las piedrecitas negras de la repisa de las que siempre me quejo cuando te llamo y con la estufa eléctrica caldeando mi habitación.

Qué bien sienta comer esos filetes que el novio de mi madre cocina con esa salsa de setas que esta deliciosa y después salir a la calle un rato a sentir el fresco de la lluvia en la cara. Que te llame tu amiga para contarte las novedades de esa semana y para quedar el sábado a tomar algo.

Qué bien sienta llamarte y que siempre contestes tan dulcemente, y saber que estás bien y que eres feliz.

Me he pasado media vida ignorando los pequeños momentos agobiada por los grandes que debían venir. Tan agobiada por el miedo a perderte que no disfrutaba de los momentos contigo, tan agobiada por el miedo a engordar que no disfrutaba de lo que estaba comiendo (y que me iba a comer de todas formas, lo disfrutara o no), tan asustada de que me criticaran que no me daba cuenta de que no puedo gustar a todo el mundo, y de que algunas críticas hacen crecer a las personas. Y ahora me siento positiva.

Hoy me siento feliz, y no es un feliz a pesar de... sino un feliz gracias a...

lunes, 17 de diciembre de 2007

Errar no siempre es malo

Me equivoco, como todo ser humano. Lo reconozco, hay veces que no se las cosas, y afirmo algo y lo defiendo a capa y espada para después descubrir que estaba equivocada. Es natural. Además, he descubierto que errar no es tan grave como parece. Aprendes cosas nuevas por la vía dura, la del fracaso, la de tener que reconocer que te has equivocado, eso enseña más rápido que el mejor de los profesores. Y por supuesto también al equivocarse uno descubre cosas.

El ejemplo que ha dado pie a este post es tan simple como que yo, que tan lista me creo a veces, me equivoco escribiendo palabras en Youtube y no encuentro lo que busco (lógico), pero descubro cosas, como este tipo:

Malvasio

Parece ser que tocaba en el metro, y de repente decidió regalar al mundo su voz mediante youtube. Pues vaya, menos mal que me equivoqué y escribí la palabra mal :D

domingo, 9 de diciembre de 2007

Lo que tenemos

Encontrábame yo en el ordenador desahogandome, soltando toda la rabia e impotencia que me provoca tu lejanía, cuando, como si de una especie de campana que me trajera de vuelta al mundo se tratara, un amigo me dice que no puede segir hablando porque se ha muerto un amigo suyo, y tiene que irse al tanatorio.

Sonará duro, pero es el tipo de hostia que tenía que darme para despertar. Tenemos muchas cosas, pero siempre queremos más. Yo te tengo a ti, tengo tu amor, tu confianza y tu respeto, aunque te tenga en la distancia. No es malo que llore en tu despedida un rato, pero no debería llorar siempre, porque te tengo. Estas vivo, me quieres y volveremos a vernos pronto. No se puede pedir más. Y no es por la tontería de que tener más es arriesgarse a perder más, sino porque el ansia de tener más no nos deja disfrutar de lo que tenemos. Y yo tengo lo mejor del mundo. Te tengo a ti.

"Ayer le dije a este chaval: tío te vas a morir sin follarte a la de las coletas" me dice mi amigo, al parecer hablando de una chica que le gustaba mucho a su amigo, pero con la que no conseguía nada. Lo último que yo te he dicho es que te llamaba para saber si el viaje iba bien y que te quería. Otras veces sin embargo me enfado, me enfado porque no estás, porque no estoy y no puedo hacer nada para animarte cuando todo va mal, otras veces no te digo que te quiero, sino un duro adios. Yo no quiero seguir así, no quiero equivocarme, no quiero desperdiciar lo que tengo, porque algún día, para cuando me quiera dar cuenta de que todo era mejor de lo que pensaba, podría no tener nada.