jueves, 20 de diciembre de 2007

Optimista...¿yo?

Qué bien sienta llegar a casa y tener al hamster dormido en su jaula, el sofá blandito y el comedor caldeadito, coger un buen libro y disfrutar de la lectura con algo de música de fondo. Acordarte de alguien, recordar momentos agradables.

Qué bien sienta que llegue la noche, llamarte tumbada en mi cama mientras me tapo con mullidas mantitas. Luego coger un puñado de cereales y comerlos mientras escucho música en mi ventana, soplo las piedrecitas negras de la repisa de las que siempre me quejo cuando te llamo y con la estufa eléctrica caldeando mi habitación.

Qué bien sienta comer esos filetes que el novio de mi madre cocina con esa salsa de setas que esta deliciosa y después salir a la calle un rato a sentir el fresco de la lluvia en la cara. Que te llame tu amiga para contarte las novedades de esa semana y para quedar el sábado a tomar algo.

Qué bien sienta llamarte y que siempre contestes tan dulcemente, y saber que estás bien y que eres feliz.

Me he pasado media vida ignorando los pequeños momentos agobiada por los grandes que debían venir. Tan agobiada por el miedo a perderte que no disfrutaba de los momentos contigo, tan agobiada por el miedo a engordar que no disfrutaba de lo que estaba comiendo (y que me iba a comer de todas formas, lo disfrutara o no), tan asustada de que me criticaran que no me daba cuenta de que no puedo gustar a todo el mundo, y de que algunas críticas hacen crecer a las personas. Y ahora me siento positiva.

Hoy me siento feliz, y no es un feliz a pesar de... sino un feliz gracias a...

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