sábado, 22 de diciembre de 2007

Extraño

Extraño momento para ponerse a pensar. Uno diría que debería estar en la cama. Pues no, estoy aquí, para una vez que puedo hacer algo de provecho con mi insomnio...

Extraña la cama, aunque sea la misma de siempre. Quizá sea porque está vacía y el colchón no reposa en el suelo del comedor. Me da frío aunque esté sudando. No puedo dormir, los escalofríos no me dejan.

Extraña la gente que me rodea. Gente que no siempre está, gente que está a fascículos, gente que está, pero se irá antes de que alguien pueda ya no llenar su vacío...pero ocupar un espacio a estrenar con el que olvidar que mi vida se llena de agujeros sin llenar, como un queso.

Y extraño (además de que es extrañado) aquel que está, lejos, pero está. Está aunque tenga que ser paciente y sobrevivir. Está para tirar de la cuerda cuando yo no puedo más. Está como un paracaídas, o como un colchón, o una piscina de goma espuma. Y yo quiero ser su paracaídas, para que sepa que a la mínima señal puede lanzarse al vacío sin cuerda ni red, estoy yo para evitar un golpe.

Y es extraño que me resulten extrañas todas las cosas que viven conmigo día a día. Extraño que no consiga hacerme a ello.

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