lunes, 31 de diciembre de 2007

In memoriam.

EL último día ya. El último de un fatídico año culminado en una rastrera soledad. La casa, vacía, producía una música que llamaba al sueño. Todo estaba preparado. El vestido encima de la cama. Se había despedido de sus amigos, de su pareja, deseándoles un muy feliz año, deseándoles todo aquello que ellos anhelaban, todo aquello que ella también quería pero que no tenía. Y sabía que nunca iba a tenerlo. Solo quedaba esperar. Cuando llegaran las 12, se pondría el vestido, se pintaría como para ir a una fiesta, llamaría a su amor para decirle que le quería y diría adiós para siempre.

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