martes, 20 de mayo de 2008

Cuando no puedes olvidar

Y una enorme cicatriz te lo impide cada vez que lo intentas.
Cuando no cierran las heridas, aunque ya haga años que dejaron de sangrar.
Cuando ha dejado de llover, pero por tu piel siguen resbalando gotas.
Cuando solo el eco de una melodía de piano te permite cerrar los ojos, ya hinchados después de tantas noches sin dormir.
Cuando ya ni correr saltando en los charcos te hace reír, y tu único deseo es gritar hasta perder la voz.
Cuando los demonios de tus sueños se te antojan más reales que la vida misma, y el gato te sonríe, burlándose de ti...
La pluma contra el papel rasgando el silencio que tan lentamente se ha creado a tu alrededor, el leve crujido de las hojas rozando entre sí, el chirriante sonido de un carboncillo mal afilado que intenta dar luz a una mirada oscureciéndola (paradójicamente), suele ser una cura. El alivio a un dolor de cabeza que no tiene un origen físico, más allá del cansancio provocado por las largas noches de insomnio.

sábado, 3 de mayo de 2008

Historia (9) (Ohne dich)



"En teoría no debería ser posible. Las noches están demasiado ocupadas con tu nombre y tu rostro como para poder olvidarte, pero a la vez es algo que no me llamaría la atención.

Bueno, olvidarte no, eso me sorprendería, pero odiarte tal vez. No tendría por que ser tan raro, con todo lo que ha pasado y todo lo que aun queda por pasar. Y a veces hasta lo deseo. Y mientras me acurruco en el regazo de quien no me abandona, tú te dedicas a romper las cadenas que aun nos unen. Poco a poco, eslabón a eslabón, golpe tras golpe, vas minando mi esperanza y paciencia, destrozando lo que nos queda y arreglandolo con parches de esparadrapo que apenas tapan la herida.

Hablamos, hablamos mucho de esto, y sobre todo de otras tonterías. Y yo, que estuve dispuesta a dejarlo todo por ti (sí, todo, espero no tener que recordarte cierta noche en mi casa), me encuentro con que tu búsqueda no ha servido de nada. Sí, me encontraste, sí, fuimos felices durante tres días mal contados, pero eso se acabó. Ya ves, ¿te acuerdas de que me llamaste cenicienta, y que prometiste volver a por mí? Sigo esperando que vengas en tu corcel blanco y me rescates.

Te lo dije, pero tú no me escuchaste, tú solo supiste mentirme y prometerme cosas que jamás cumplirías. Y ahora esperas que siga queriendote, que siga esperando, que aguante tenerte solo en la fría noche. Lo peor es que sabes que lo haré, porque por más años que viva nunca podré olvidarte, nunca podré dejarte, eres parte de mí, y no puedo ni vivir contigo ni vivir sin ti.

Este es mi dilema. Ahora te toca a ti darle solución."

(ver: esto y esto)