martes, 26 de febrero de 2008

Acoso

Él creyó que ella le querría para siempre.
Ella creía que su relación no iba más allá de ir a tomar churros con él y otros amigos.
Él quería quedar siempre.
Ella se sentía mal por no poder hacerlo, pero estaba enamorada profundamente de otra persona, con la que estaba.
Él siempre la llamaba.
Ella siempre contestaba, aun cansada de saber que todo lo que dijera sería interpretado de otra forma.
Él le decía a sus amigos que sería cuestión de tiempo, que la tenía en el bote.
Ella dejó de verle porque tenía la impresión de que en cualquier momento él intentaría algo y quería evitarlo a toda costa.
Él se dio cuenta e intentó una última maniobra, llevándola a un campo a oscuras, donde trató de que se acostaran.
Ella no lo permitió y se marchó por no hacerle más daño.

El tiempo pasó y parecía que él lo había superado. Hablaban de cuando en cuando por msn, pero un día él se hizo con el nuevo número de ella, que se lo había cambiado por otro con una tarifa más barata. Todos los días la llamaba siete veces y le escribía un sms diciéndole que contestara. Ella respondía que estaba en clase y no podía. El resultado fue que él empezó a perseguirla, a acosarla, a espiarla, hasta que un día el novio de ella se hartó de escuchar las quejas de su chica y se enfrentó a él.

Los dos acabaron hospitalizados. El novio de ella entró en un coma profundo con graves lesiones cerebrales debido a una parada cardiorespiratoria. Él tras un juicio en el que no se pudieron aportar pruebas suficientes quedó en libertad. Ella sufre de una esquizofrenia paranoide desencadenada por todo esto y está ingresada en un hospital mental para evitar que haga daño a nadie o a sí misma desde hace tres años. Él va a visitarla dos veces por semana. Tras estas visitas su estado empeora gravemente, pero los médicos creen que es el único amigo que se atreve a ir a verla, por lo que no le impiden que la visite, creyendo que el chico estaría también sufriendo por ver a su amiga así.

Lo cierto es que ahora él es feliz, porque ahora ella no pertenece a nadie más.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Una historia brutal. ¡Al máximo! Él es un máquina, esa zorra se lo tenía merecido. ¡Descarado!

Sergio Aguilar Molina dijo...

A mi también me ha gustado la historia. Los finales pastelosos no me suelen convencer.