miércoles, 4 de julio de 2007

Yo tenía un precioso hamster rallado, blanco y marrón oscuro con algunas manchas grises. Era tan chiquitín cuando me lo regalaron...apenas del tamaño de una nuez. Fue el regalo más bonito que me han(has) hecho nunca. Nunca conseguimos ponerle nombre. Y eso que se lo preguntamos a una niña y todo. Cada uno le llamaba de una forma, y yo, personalmente, le decía siempre "bichillo".

Por desgracia, ese bichillo ya no está aquí. Un año y medio es demasiado tiempo para un animal de su tamaño. Es una pena, pero bueno, es ley de vida. Ya me regalarán otro, o yo misma lo compraré. Y ya está, la vida sigue, aunque la verdad es que, a pesar de ser una "repelente rata", me siento apenada.

1 comentario:

Yo dijo...

Ahora tengo uno nuevo. Gracias, eh.