martes, 15 de junio de 2010

Valencia

O como un grupo de tres idiotas amigos acaban en una ciudad totalmente desconocida para ellos, en pos de música, deporte y dios sabe qué más.

Todo comienza sabado por la mañana, puta locura y es tan temprano, pero es igual, porque se nos hace tarde de todas formas entre las papas y los pintalabios. Tras hora y algo de O.O en un coche que no era nuestro, música haciendo temblar los cristales y la garganta en carne viva, nos perdemos.

Como no.

Pero perderse a veces esta bien, porque acabas en una fuente, y en un bar y la camarera es como una más. Al final encontramos el parque, parque internacional con fuentes que saltar, comida, desnudos y un perro que siempre quiere jugar.

Y saltamos como enanos sobre el gigante, nos lanzamos, caímos y fue tan divertido que no paramos ni bajo la cortina de agua que quiso ahogarnos. Y la jodida niña, tan rubia y tan linda. 'Daddy, I'm tiiired. Let's go to the haaat. Not to the foot, the haaaat. Daddy, please!'. Casi la secuestro.

Y al final llego la hora de marchar. Confesiones, secretos y una unión ante el lago (el lago y una canción?) con el lazo azul. Día para recordar. En el coche de nuevo, nos perdimos otra vez, en busca del calor de más personas con nuestra misma meta. Tres veces entramos al pueblo, tres salimos, sin encontrar el punto en el que todo tendría sentido.

Tras unas risas, gente nueva con la que hablar, la reina del olé olé y aquel gay de mano floja con el que 'desayunamos' todos, manos en el aire y todo, un par de besos y abrazos, mareos y empujones, acabamos dormidos en un maletero, cual secuestrados. Y a las seis de la mañana a casa, que Balto baltucho perro chucho nos espera.

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