sábado, 9 de mayo de 2009

Steel & Glass

Deseo inspirarme en la belleza, pero solo veo ante mí parajes desolados. Busco entre montañas de deshechos un color con el que pintar el mundo, pero cada noche, al despertarme envuelta en frías sábanas, recuerdo que el mundo solo tiene color si tiene luz. Luz que me fue arrebatada en un segundo; después de meses de iluminación tenue envolviendo en tinieblas mi oscuridad. Como una supernova, brilló por todo lo alto antes de apagarse para siempre, dejándome sola ante las rocas y un mar embravecido bajo mis pies.

Quisiera recordar ese momento para poder escribir sobre ello, sobre la belleza abrumadora de tu silencio, la misma belleza cruel de la naturaleza en toda su esencia, la terrible hermosura de saberse tan pequeño frente al universo, y la certeza de que ese mismo universo me parecería pequeño si pudiese recorrerlo a tu lado. Pero mis recuerdos se limitan a mis sueños, sueños que a veces desearía no recordar, y mientras despierte entre mantas húmedas y saladas, envuelta en llamas que no llegan a prender mi piel, deseando que el sueño no acabara nunca, seguiré buscando esa belleza inexistente en un mundo gris desde que tú no estás en él. Seguiré mirándome en el espejo cada mañana, único consuelo que me queda.

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