sábado, 29 de septiembre de 2007

Y la puta muñeca sigue sonriendo.

Un consejo para todos aquellos que tienen anginas en este momento, o en un momento en el futuro, sobretodo si aprecian a sus familiares: Jamás, y repito, jamás dejéis una botella que hayáis gastado vosotros al alcance de vuestros parientes/amigos, o al menos, señalizadla con un permanente ("esta es la botella de un anginoso, no tocar" o "biohazard").
Al margen, anoche canté en un karaoke (sí, a pesar de mi pánico escénico, sí) a capella "winter", de Tori Amos. Me aplaudieron, me dieron emails, y me pidieron que volviera hoy (pero como mi hermano no es capaz de avisar que su botella es un caldo de cultivo en potencia, ahora mi garganta no esta en condiciones). Y mientras me quejiqueo de todo esto, y alardeo de haber superado un miedo (alguien muy especial lo entenderá mejor que nadie, quizá porque conoce ese miedo mio casi mejor que nadie), la puta muñeca irlandesa sigue sonriendo, y me toca los huevos, porque nunca se le cae esa sonrisa.

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