Como una quimera, los jirones deshilachados de un sueño que se esfuma con la bruma de la mañana. Como una realidad imposible, una ilusión óptica que pone a prueba tu sentido de la lógica. En aquello que nos define nos perdemos, y yo me vuelvo a perder.
Siempre hay periodos buenos. Pedazos de tiempo en los que el silencio de mi media alma me otorga paz de pensamiento, en los que puedo pensar en ti sin que se me rompa el corazón a trozos, y me envuelve la sensación de que, por fin, todo ha acabado, que he aprendido a aceptar lo que la vida me ha dado.
Pero entonces vuelve, como un león agazapado, nunca se había ido de verdad, tan solo no podía captar su olor. Y cómo vuelve. Arañando y mordiendo, arrancando trozos de carne, alcanzando el hueso y destrozando la médula. Agota mis energías, me absorve por completo hasta dejarme con el único deseo de tumbarme y evocar -invocar- tus manos.
La realidad es que nuestra realidad es una utopía, un sueño desvaneciéndose entre los primeros rayos de sol. Tu destino era salvarme para luego dejarme marchitar sola. Mi destino es soportarlo. Por ti, para ti.
Because I, you, me... am one.
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